Comienza el campeonato mundial de fútbol en Rusia y por casi un mes los colombianos, como seguramente muchos habitantes de otros países, estarán pendientes de los partidos que allá se desarrollen. En Colombia empero, y haciendo gala de nuestra idiosincrasia, hemos construido una catedral de ilusiones convencidos que como la fe dizque mueve montañas, James y Falcao conducirán hasta el final victorioso.

Yo no se de fútbol y ni después de trabajar tantos años al aire con Hernán Peláez he aprendido, ni por ósmosis, a asimilar algo de lo que hacen 22 hombres en calzoncillos detrás de una pelota, pero si he jugado y estudiado mucho las probabilidades .Por supuesto, a la pasión que a cada rato me enfrentan por mis opiniones tan controvertidas, y que es igual a la que sienten por sus jugadores esta semana muchos compatriotas, le opongo siempre el razonamiento. Y si se lo aplicamos a lo que tenemos en el papel del campeonato, puedo hasta resultar un aguafiestas.

Es sencillo, Colombia puede salir o primera o segunda del grupo H con Polonia, Japón y Senegal. Si queda encabezando el grupo  le tocaría enfrentarse con el segundo del grupo G,que debe ser Bélgica.Y si queda de segunda  le tocaría enfrentarse con Inglaterra, que debe ganar ese grupo. En ambos casos nos estaríamos los 90 minutos apretando los dientes y cruzando los dedos. Y si de pronto en ese segundo enfrentamiento pasan a la segunda ronda, tocaría enfrentar de fijo o a Alemania o a Brasil.

Hasta allí, dice el papel, llegamos. Pero si pasamos a cuartos de final ganándole a Alemania,seguiría  enfrentar a España o Argentina y  desde ahí, es mejor que nos coja vestidos el resto.

@eljodario

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