gustavo alvarez gardeazabalSomos un país racista.Heredamos de los españoles el desprecio por los indígenas y por los negros y como nos sentimos culpables de haber traído ese comportamiento hasta el siglo 21,nos mentimos abriendo puertas del sistema ( léase leyes)dizque para protegerlos.El resultado hoy en dia es que ni las leyes se cumplen ni hemos dejado de guardar distancia( por lo menos) por indios y  negros.

Los sociólogos y  antropólogos se encargaron de hacernos creer que si modificábamos el lenguaje y los llamabámos indígenas y afrodescendientes,habríamos adelantado en la morigeración de costumbres racistas y tantos unos como otros se tragaron el cuento y se dejaron meter en la telaraña de la burocracia y en el perendengue de pasarse toda la vida recitando artículos y parágrafos de las leyes, para enredarse en los mismos hilos e ilusionarse en su cumplimiento.

Por estos días se han armado mingas en muchas carreteras del país donde la representación de los ancestrales habitantes de este territorio han ido subsistiendo o acomodándose a la realidad que dejaron los españoles mientras los arrasaban.A ellos se han unido,en varios departamentos,los cocaleros que se ven tratados como otras minorías iguales ahora que Washington grita para que Santos acabe los cultivos de hoja de coca.Como siempre,no piden mas que les cumplan lo que les prometieron y les incumplieron una y otra vez en el pasado,agregando que si les quitan la hoja de coca no hay producto agrícola que les reemplace lo que les pagan por ella.

Pero como al mismo tiempo en el norte del Cauca sigue la invasión de sembrados de caña de los feudales ingenios azucareros,el asunto empieza a verse complicado.

@eljodario

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