Gustavo Alvares GardeazabalA este país le ha ido muy mal con la hibridación que hizo de la justicia anglosajona, verbal e inmediata,  tratando de convertir en ágil nuestra antigua forma latina de aplicarla al estilo del derecho romano. El traspiés mayor lo ha sufrido con la justicia oral, que no desengavetó expedientes como se creía, sino que llenó de nuevas sanguijuelas el aparataje, como ha pasado con los testigos falsos.

No puedo entonces estar de acuerdo con el nuevo embeleco de la Comisión de la Verdad,  primero, porque se trata de otra hibridación anglosajona que no encaja con nuestra manera centenaria de entender la justicia Y segundo,porque considero que la tal Comisión de la Verdad es contraproducente en un país en donde siempre han camuflado la venganza y la envidia con los mantos celestiales de la justicia.Pero si además está Comisión quedó homogéneamente conformada por quienes creen que la guerra que terminó no la hicieron los que firmaron la paz de La Habana sino los que trataron de derrotar a las Farc, me temo que no van a sembrar la paz duradera sino la semilla de otra guerra.

Aunque el padre De Roux ha dicho que la Comisión, que él presidirá, no tiene trascendencia jurídica, sí  tendrá entonces una sentimental y sicológica que deformará la historia y corre el peligro de ser considerada como “ Cóndores no entierran todos los días”,una novela que terminó siendo leída durante los últimos 50 años como la historia que no contaron, aunque sigue y seguirá siendo novela. Y eso que la escribí pensando ilusamente  que al narrar tan inigualable violencia atroz, aquí no se volvería a repetir tamaña estupidez.

@eljodario

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