La crisis que azota a los medios ha tocado lenta pero inexorablemente a la radio. Comenzó cuando los radios que sintonizaban la emisoras de AM dejaron de venderse. Ya no se consiguen ni en los sandresitos. Y si no hay por dónde oir esas emisoras, las que sobreviven son en su mayoría propiedad de iglesias adineradas que siguen creyendo que los oyen. Quedaron para la venta solamente , y apenas en sanadresitos, los radios de FM porque los celulares que traían incorporados la posibilidad de oir la FM, dejaron de aparecer en el mercado. Así y todo, sintonizarlas en la web, sigue siendo tan fácil como encontrarlas en la radio de los vehículos nuevos, donde ya no se sintoniza tampoco la AM.
Las FM llegaron entonces a arrollar y se volvieron musicales, pero paralelas a ellas llegaron el Spotify, el Itunes y el Youtube y los escuchas de esas emisoras que solo pasaban música se enverracaron y decidieron que no querían que les escogieran la música y migraron a donde se las dejan seleccionar, generando un cataclismo mediático que todavía no lo han analizado en las agonizantes facultades de ciencias de la comunicación que subsisten en las universidades educando juventudes para que no tengan trabajo.
Las FM que se llevan todavía una parte de la torta de la pauta ( que ha disminuido para todos),porque las oyen en los carros, son las que hacen radio hablada. Las musicales FM van en picada. No se sabe entonces con este acelere de modernidad dónde va a parar la radio si no tiene ni oyentes ni radios y si los que le quedan son mayores de 40 años porque las tales emisoras juveniles ya no levantan ni con viagra. Los que ensayamos el pod cast hemos vivido en carne propia que esa no es por ahora la solución aunque puede ser el futuro. Pero lo mismo pensábamos hace 15 años de los libros y todavía no se han muerto las librerías.
@eljodario