El 8 de noviembre es un día especial para Luiz Inácio Lula da Silva. En esa fecha, hace 30 años, el curso de su vida cambió cuando presentó su primera candidatura para ser presidente de Brasil y hoy fue liberado luego de pasar un año y siete meses en prisión por un escándalo de corrupción. La tarea que tiene por delante, sin embargo, no será fácil, teniendo en cuenta que sobre él recaen otras acusaciones que lo atan irremediablemente con la justicia.
«Lula tendrá que hacer un trabajo muy grande para reagrupar las fuerzas democráticas, no solo la izquierda, tienen que ser todas las fuerzas democráticas», señaló el hermano del expresidente José Ferreira da Silva, más conocido como Frei Chico.
SEMANA