UN GOBIERNO DESAFIANTE
No se sabe si por ignorancia o soberbia, el gobierno de Iván Duque cae cada vez más en un laberinto sin salida, golpeándose todo el tiempo con el estado social de derecho que juro defender, pero cuya institucionalidad acata cuando le conviene e insulta y amedranta cuando no le satisfacen sus mezquinos intereses.
Para cualquier abogado o estudiante de derecho es triste ver y oír al presidente de la república, ministros y agentes de ese gobierno incurrir en hechos que ofenden la dignidad y la inteligencia. Muchos ejemplos encontramos, Luigi Echeverry, presidente de ECOPETROL prohibiéndole al periódico EL país de España que entreviste a un senador de la república, Ministro de defensa desconociendo una sentencia de tutela de la Corte Suprema de Justicia que ordena pedir perdón a las familias de las victimas de abuso policial del 21 de noviembre de 2019, muerte de Dylan Cruz, hijos de un ex presidente contratando por miles de millones de pesos una empresa extranjera para desacreditar la justicia colombiana ante el mundo, por imponer una medida en derecho a un intocable, que desde su lugar de detención instiga para que policía y ejercito utilicen tanques y metralletas contra ciudadanos inermes. Etc.
El origen de este desmadre está en la falta de autonomía de quien funge como jefe de estado y que, en lugar de actuar en nombre de todos los colombianos, prefiere ser súbdito de quien lo patrocino y llevo al cargo. Un movimiento caudillista que actúa como una fuerza centrifuga que repele con violencia lo que no comulgan con sus intereses y opiniones y absorbe despellejando, dejando sin personalidad ni carácter a los ingenuos que todavía creen que la gente cambia. Aquí encontramos respuesta a la suerte que han corrido funcionarios y exfuncionarios de los gobiernos de Uribe, incluyendo el presente.