JOE…EL NUEVO DUEÑO DE LA CASA!
Hace 4 años me metí una de las pifiadas más grandes de mi vida como analista político aficionado. Al igual que el 70% de los Estados Unidos, vaticiné una victoria de Hillary Clinton que nunca llegó. Por razones que se conocieron más tarde, el gorila anaranjado le ganó a Clinton por 68,000 votos en Wisconsin, y como por 110,000 en Pennsylvania, cambiando completamente la ecuación de los colegios electorales y dándole la victoria.
Para ser honestos, creo que fue un error excusable. Para empezar, el fallo en la predicción estuvo dentro del margen de error, eso para no decir que después se supo que los rusos intervinieron en las elecciones en esos estados en donde sorpresivamente ganó Trump. Y si a todo eso le sumamos una tremenda impopularidad de Hillary Clinton que hizo que mucha gente no votara, ahí tienen ustedes la razón de la pifiada. Hillary ganó el voto popular por 3 millones de votos, pero perdió el colegio electoral por 38 votos electorales.
Créanme, esa noche hace 4 años no pude dormir. No tanto porque me doliera con Hillary Clinton, sino porque para mi aquello suponía un desastre por razones personales que ahora no voy a contar por aquí. Baste decir que, tal como me temía, el desastre se materializó y yo me tuve que chupar un cable estos 4 años.
Hoy la historia es distinta, muy distinta. Varios amigos me han preguntado por el interno acerca de estas elecciones, quizá porque saben que soy colombo-americano y hablo de política, y les he dicho lo mismo: Biden gana, “hands down”. Es más, yo voy un poco más lejos. Solo existen 2 escenarios en esta elección: (1) Biden gana por goleada; (2) Biden gana por un margen estrecho. Y pronostico más: los demócratas recuperan el senado y la cámara de representantes para alcanzar lo que se llama una “trifecta”, un término prestado de las carreras de caballos en donde uno corona las escogencias de los 3 primeros caballos en una carrera. Aquí no hay tumbe de los rusos, ni un informe del Director del FBI de última hora, ni un candidato odiado como Hillary, ni nada raro. Lo que hay es cientos de millones de americanos profundamente ofendidos por este chimpancé corroncho y vulgar que ocupa la Casa Blanca en estos momentos. La gente ha salido a votar como si no hubiera mañana para echar a este simio asqueroso, corrupto y repugnante de la Presidencia. La gente está votando como si su vida dependiera de ello, y, de alguna manera, es así.
Ahora, el gorila anaranjado no se va a ir pacíficamente. Va a armar un tierrero y se va agarrar de lo que sea para no admitir la derrota, pero le va a tocar aceptarla. No se extrañen si renuncia para que Pence le dé un perdón; no se extrañen si se mete un pepazo; no se extrañen si se vuela. Hay un gran número de jueces y fiscales esperando que pierda para sacarle toda la mierda que tiene bajo el tapete y que no se le ha podido sacar porque la presidencia lo protege. Pero va a caer, y su colapso va a ser el colapso más grande en la historia de los Estados Unidos.
Va a ser tan grande su colapso que se va a llevar con él a todos sus aliados, incluyendo al Uribismo.
Pero de eso voy a hablar mañana, cuando mi Presidente Electo Joe Biden ilumine un nuevo mundo al que el racismo, la corrupción y la intolerancia secuestraron exactamente hace 4 años.
P.D: Si por alguna razón gana Trump, es porque se robaron las elecciones, no hay de otra. Y entonces, esto ya no es de escándalo, sino de conato de guerra civil porque ni yo ni 150 millones de Americanos vamos a aceptar ese tumbe. Literalmente, el mundo no aguanta 4 años más de Trump, se descojonaría el globo entero de ser así.
In God we Trust…