Para Julián Camilo Gil Oquendo, la bicicleta es su mejor “sicólogo y compañera”, la que le ha permitido superar barreras y mantenerse fuerte. Hace parte de la Selección Antioquia de paracycling, nació en Ituango y se radicó en Medellín donde se entrena y prepara buscar un lugar en la élite de su especialidad.
Un Día del Padre, el 16 de junio de 2019, salió de su casa y nunca pensó que ese momento le iba a cambiar la vida. Cuando se dirigía en moto para la hidroeléctrica de su municipio, un carro en contravía lo atropelló y en el accidente perdió su pierna izquierda.
Hoy, casi tres años después, confiesa que ese hecho le permitió entrar de lleno en el mundo del deporte. Mientras realizaba el proceso de recuperación pensó en practicar natación o atletismo, pero antes de tomar la decisión se le apareció el que él llama su “angelito”, el director de deportes de Ituango, Jhony Giraldo, quien lo motivó a comenzar su camino como ciclista.
Julián Camilo sabía que el camino no iba a ser fácil. Pero las ganas de superarse y el deseo de que sus padres, amigos y compañeros, se sintieran orgullosos de él tras la motivación que le brindan, se esforzó. Su meta es estar en un Mundial vestido con el uniforme tricolor.
Su entrenador en Antioquia, Benjamín Laverde, dice que desde el principio se le ha visto motivado y feliz: “Le falta una pierna y a pesar de eso quiere salir adelante con disciplina, un factor clave tanto en el deporte como en la vida personal”.
Su primera “competencia” la tuvo en un ciclopaseo de aproximadamente 173 kilómetros, en la que entre cuatro compañeros lo empujaron y ayudaron a terminar. “Fue algo muy bonito estar compitiendo con 20 o 30 personas. No olvidaré el momento en que llegué a la meta y una gran cantidad de niños se me acercaron a motivarme”.
En Bogotá, el antioqueño tuvo su debut nacional. En esa oportunidad una desconcentración lo hizo perder un título. Creyó que la prueba era de dos vueltas cuando en realidad le faltaba una para completar el circuito. Al intentar volver a subirse a la cicla perdió tiempo y terminó quinto.
“Lo importante de ese campeonato fue que lo disfrutó y ganó experiencia. Nuestro objetivo es llegar a marca de los mejores corredores del mundo y estamos trabajando con Julián para esto”, señala su profesor.
Debido a los problemas económicos de sus padres en Ituango, y el buen desempeño deportivo que ha mostrado Julián, la Alcaldía le obsequiará una vivienda.
El corredor dice que gran parte de su proceso se lo debe a la administración municipal, pues el apartamento en el que habita en Medellín es pagado por ellos, así como la alimentación. “Todo lo que he hecho no lo hubiera logrado sin su ayuda”, declara mientras sonríe.
Por ahora se prepara para asistir a una Copa Colombia, un paso más en su proceso que dentro de cuatro años debe dar sus mejores frutos, como lo reconoce su entrenador