El entrenador nacional Antonio Rizola tiene claro que alcanzar la clasificación directa a los Juegos Olímpicos de París 2024 es casi imposible, pero estar junto a las 24 mejores selecciones del mundo buscando esa opción es un honor para Colombia y un premio a la constancia y dedicación que las jugadoras han puesto en esta década de trabajo.

En Polonia, la Tricolor tiene como rivales de grupo a Estados Unidos, Alemania, Italia, Corea del Sur, Eslovenia y Tailandia, elencos que también luchan por dos cupos directos para las justas parisinas.

Ya perdieron 3-0 (25-12, 25-12, 25-13) y 3-1 (23-25, 28-26, 25-19, 25-14) con las potencias de EE. UU. y Alemania, respectivamente, pero cada set y cada punto que logren las cafeteras será una semilla de esperanza, pues luego del Preolímpico se definirán otras casillas por ranking mundial.

La idea es que Colombia suba lugares en el escalafón. Actualmente ocupa el puesto 17 y quieren tener otra opción para ir a la Olimpiada del próximo año.

El camino no ha sido fácil. Además de los problemas económicos por bajo presupuesto para la preparación, el entrenador brasileño ha tenido que afrontar lesiones de jugadores clave como Margarita Martínez, Amanda Coneo y Alejandra Marín, y renuncias por motivos personales de Yeisi Soto y Melissa Rangel.

“Estas mujeres han hecho muchos sacrificios por mantenerse en un nivel sobresaliente, le han dado muchos años a la Selección y al voleibol de Colombia, pero son seres humanos que tienen otros sueños, que deben sortear con otras dificultades. Por eso, solo queda darles las gracias por todo lo que han dado”, comentó Rizola con algo de nostalgia por la bajas que tuvo para el Preolímpico.

Esas ausencias han llevado a que el proceso de renovación se acelere, y llegaron voleibolistas de gran proyección internacional como las antioqueñas Sofía Cuartas y Doris Manco, entre otras.

 

 

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