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El Team Medellín confirmó este domingo la vinculación de Miguel Ángel ‘Supermán’ López como nuevo corredor para la temporada 2023.

El ciclista boyacense, que estaba corriendo con el equipo Astana de Kazajistán, se convierte así en la gran contratación de la escuadra Continental para este año.

“Quiero agradecer al Team Medellín por su confianza, por brindarme esta bonita oportunidad, al mánager “Chivo” (José Julián Velásquez) por confiar en mí y permitir que pueda competir con todos ustedes y brindar lo mejor de mí en este 2023”, expresó el ciclista boyacense en un video publicado en la cuenta de Twitter del Team Medellín.

La primera carrera de Supermán será la Vuelta a San Juan, que se disputará en territorio argentino entre el 22 y 29 de enero. Luego de esa competencia, la escuadra participará en los Campeonatos Nacionales de Ruta que se disputarán en Bucaramanga, Santander, entre el 2 y 5 de febrero.

En el video de su presentación, López también hizo un recuento de lo que fue el cierre de 2022, año que calificó como “complicado” luego de que el Astana rescindiera su contrato por estar envuelto en un escándalo de supuesto tráfico de medicamentos que involucra también al médico español Marcos Maynar, en un contexto de sospechas de dopaje. El pedalista negó las acusaciones.

“Ha sido un año complicado. Me quedo sin equipo cuando faltaba ya poco para acabar el año y los equipos estaban llenos, con sus nóminas y no había ningún espacio. Yo creo que este equipo (Team Medellín) me dio esa confianza, esa gran oportunidad de un año 2023 haciendo una transición, disfrutar del equipo y de la gran nómina que hay”, agregó López, quien terminó cuarto en la última edición de la Vuelta a España.

El equipo paisa quería contar en esta temporada con una de las grandes figuras del ciclismo nacional. El año pasado, la escuadra que dirige el “Chivo” Velásquez le había ofrecido a Nairo Quintana que compitiera con ellos, oferta que el corredor escuchó, pero no aceptó, pese a que aún no tiene formación para correr este año.

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Desde las 8:00 de la mañana (hora de Colombia) el Santos dará inicio este lunes al último adiós a Pelé, cuatro días después de la muerte del mítico futbolista brasileño.

En el césped del estadio Vila Belmiro fueron instaladas dos carpas blancas que recibirán a los miles de aficionados que deseen despedirse del ‘Rey’ del fútbol.

Una de las carpas, situada en el centro de la cancha, albergará el féretro con los restos mortales de Edson Arantes do Nascimento ‘Pelé’ y las sillas donde se sentarán sus familiares; y la otra, en un lateral, estará reservada para autoridades.

Los aficionados podrán circular por una pasarela dispuesta sobre el césped, paralela a la carpa central, a unos cinco metros del lugar donde se ubicará el ataúd.

Una enorme pancarta con la frase “Viva el Rey. Pelé 82 años” cubre una de las gradas del estadio donde el tricampeón mundial jugó gran parte de su carrera deportiva.

El velorio estará abierto al público y durará 24 horas. Entonces, se realizará un cortejo fúnebre que recorrerá las calles de Santos, ciudad portuaria ubicada a unos 80 kilómetros de Sao Paulo, donde falleció el exfutbolista el pasado jueves a los 82 años de edad.

El cortejo pasará por la zona donde vive la madre de Pelé, Celeste Arantes, que tiene 100 años de edad, antes de dirigirse al cementerio Memorial Necrópolis Ecuménica, donde será sepultado en una ceremonia privada, reservada a los familiares.

Pelé falleció por un fallo multiorgánico causado por el cáncer de colon que le fue diagnosticado en 2021.

La muerte de Pelé, por muchos considerado el mejor futbolista de la historia, ha causado conmoción en el deporte rey y en Brasil, donde el Gobierno decretó luto oficial de tres días.

Además, en diversas partes del mundo continúan los homenajes. Desde la Premier League en Inglaterra, que siguió con su competencia en este principio de año, hasta Nueva York, China y la India, por mencionar solo algunas regiones en las que los honores al ídolo han sido diversos. Han aparecido estatuas, fotografías, murales, entre otras formas de recordación. En fin, el mundo le sigue diciendo adiós a O Rei.

 

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Con el recuerdo intacto del Mundial de Qatar, en el que se consagró campeón Argentina después de 36 años, el fútbol internacional reanuda sus principales ligas.

Muchos de los jugadores que estuvieron en la cita del Medio Oriente han retornado a sus distintos clubes con sentimientos encontrados, algunos con orgullo y felicidad tras cumplir un destacado papel, y otros tras digerir, en unas cortas vacaciones, la decepción de no alcanzar lo que se habían trazado.

El fútbol no da respiro ni en época decembrina y mucho menos ad portas del inicio de un año nuevo, sobre todo cuando hay más batallas por comenzar.

Por ejemplo, Kylian Mbappé no pierde tiempo y ya volvió al ruedo. El delantero francés, una de las estrellas en Qatar donde salió goleador con ocho tantos, tres de ellos en la final ante Argentina, ya entrena con sus demás compañeros en el París Saint-Germain, así como el marroquí Achraf Hakimi, también figura con su Selección, que terminó cuarta en el Mundial.

Su elenco se alista para jugar ante el Racing de Estrasburgo este miércoles (3:00 p.m.) en la Liga de Francia, en la que el domingo, 1° de enero, rivalizará con Lens (2:45 p.m.).

Pero si en Francia la fiesta del balompié continúa, en otros países, más allá de las dificultades climáticas debido al intenso frío y la nieve, el balón también rodará, como se presenciará en Inglaterra donde desde este lunes y hasta el próximo 5 de enero, se agotarán tres jornadas para cerrar la primera vuelta de la Premier League.

En la jornada que reanuda la competición se espera ver en acción al colombiano Dávinson Sánchez. Su equipo Tottenham visita al Brentford desde las 7:30 a.m. (Star+).

A continuación presentamos otros partidos de esta semana en importantes ligas, como las de Italia, España, Inglaterra y Portugal, en las que se espera protagonismo de los jugadores colombianos .

 

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Leonel, Leo, Lio, Lio, Lio. El elegido. Como nuestros padres, que decían que no habría nunca más otro futbolista como Pelé, nosotros diremos que no habrá ninguno como Lio, como Messi, el más grande del mundo. ¿Vieron cómo capitaneó a Argentina desde el saque del primer tiempo? ¿Vieron la seguridad, la frialdad del mercenario, cuando cobró el penalti en el minuto 22? Apenas trotó y antes de chutar hizo una pequeña parada, como diciendo yo sé el secreto de todo esto, y pateó al palo izquierdo sin ningún temblor. Gol, gol, gol del más grande.

¿Fue penal? ¿Empujaron al fideo Di María? No importa. Pasará como el gol con la mano de Maradona, como un Deus ex machina grandioso.

Este es el amor que se permiten los hombres más patriarcas, más machos: el amor por el guerrero, el amor por el gladiador, el amor por el hombre que pone la sangre en el campo, el amor por los futbolistas que representan lo que los otros mortales nunca serán. Y por eso ahora cuando lo veo jugar el segundo tiempo, y veo su cara serena, su cara de hombre que no busca la gloria, pero que vive su sino, su destino, su tiempo, siento ganas de llorar. Pero las ganas de llorar son porque en él veo a esos pocos hombres que sufrieron su signo: Kafka, Sarmiento, Borges, el Che Guevara, el apóstol Pablo, Strefan Zweig. Y justo ahora recibe un pase en el minuto 59, hizo una jugarreta preciosa entre dos defensas franceses y perdió la oportunidad del gol. La cámara lo enfoca y él ríe, ríe como los hombres que hacen historia.

¿Pero están viendo el fútbol de Argentina en este partido? ¿Ven la velocidad y claridad de Di María, la fortaleza de De Paul, la carrera de Álvarez? Diremos que vimos a la Argentina de 2022, que será lo mismo que decir la Argentina del 78 o del 86, o el Brasil del 70. Será como decir: vi una hazaña, vi la belleza de la coordinación de once malabaristas.

Ah, pero Messi. Este partido es su juego número 1.003. Messi ha hecho hasta ahora y con ese penal 792 goles, coló 331 asistencias, pero esas asistencias nunca fueron un mero pase, una aproximación, han sido y serán hasta que termine su carrera el cálculo de un ajedrecista. Y a esta final llegó para romperlo todo: es el futbolista con más partidos en un mundial, 26 —uno más que Lottar Mattaüs—, y tiene más minutos que el italiano Paolo Maldini. Además, es el argentino con más mundiales: 5. Lo que sorprende es que superó a Pelé: hizo 13 goles en los mundiales, uno más que el Rey.

Pero un momento, que es el minuto 81 y Francia acaba de hacer dos goles en 120 segundos. Es la delantera más letal de Qatar. Mbappé sacó un penalti fortísimo y el segundo gol fue un remate impresionante desde el suelo, así venció al nunca bien querido Dibu. Gol, golazo. Mbappé, que parece la evolución de Cristiano Ronaldo, un hombre que es puro físico, pura fuerza, se impone con la capacidad del cuerpo. Y muestran a Messi en cámara y sonríe. Es raro. Sonríe con naturalidad, como quizá sonrió Ajax después de que los dioses lo confundieran para que perdiera la gloria.

Entonces viene el sufrir

Messi es puro juego, puro fútbol, puro don. Tiene el don de la acrobacia moderna. Nadie más: ni Cristiano ni Mbappé ni Neymar. Es Messi. Así son las cosas, el Espíritu sopla adonde quiere. Y es momento de saberlo. Es el minuto 85:41. No sabemos quién será el campeón mundial. Y pasan los minutos y Francia está ahí, como Aquiles luchando por los restos de su amante Patroclo. Escribo como un loco. El fútbol no tiene sentido, tiene sentido la gesta, la lucha, la sangre en la arena. Messi remata en el minuto 96, y dice el comentarista: “Este es el mejor jugador del mundo”. Es. Estos últimos minutos fueron una epifanía: Messi persiguiendo su destino.

Messi, el mismo que dijo hace cuatro años: “Ya está, para mí la selección ya se terminó, la peleé mucho, la intenté, ya son 4 finales, no pude ganarla, hice todo lo posible”. En la docuserie “Sean eternos”, dijo: “La verdad que tenía una espina clavada muy grande, no podía creer que todas las finales que jugamos y que ninguna hayamos tenido la suerte esa de ser campeones nosotros”. Lo dijo así, como hablan los argentinos, con la sonoridad cadenciosa del poeta que escribe al revés. Hay que decir que entre 1993 y 2021 la selección argentina llegó a 7 finales y las perdió todas. Escribo y el partido sigue: ¿esta será otra final fallida?

Hay algo de Messi que es más grande que su figura de futbolista letal, que va más allá de ser un hombre perro como escribió Hernán Casciari, es su descreimiento. Dicen que alguna vez dijo: “Nunca me puse como objetivo ser el mejor jugador del mundo. Para mí soy solamente un jugador. Solo quiero que cuando me retire me recuerden como una buena persona”. Esa frase se comprueba en la entrevista que le hizo Sebastián Vignolo para Star Plus y que hace parte de una serie que se llama En primera persona. Messi parece un doble, el doble de acción de sí mismo.

En esa entrevista que dio en la sala de su casa en Francia dice cosas como esta con su voz cansina, extraviada, metida en la caverna de su timidez: “A mí me educaron de una manera de chiquito, con los valores que me inculcaron tanto mi viejo como vieja, y después reforcé todo eso en Barcelona, en el lugar y el club donde caí, con unos valores muy identificados, siempre crecí con esa filosofía (…) Tengo pocos amigos, y después mi familia, siempre me refugié mucho en mi familia, para mi es lo más importante. No necesito mucho más”.

¿Cuándo rio —después del segundo gol de Mbappé— pensó en esos valores, pensó en que la última final posible se le escapó?

Ahora, cuando no sé si ganará o perderá y que ya se cuentan los 115 minutos, pienso en esta otra frase que dijo en esa entrevista: “Soy muy feliz. Tengo la suerte de hacer lo que me gusta, lo que soñé desde chiquito, de tener una familia maravillosa, mi mujer mis hijos, mi gran familia, mi hermano, mis hijos, la familia de mi mujer, la verdad que eso para mí es lo más importante”.

Messi, ahora tenés que hacer un milagro, como en los años gloriosos del Barcelona y que estabas solo en el mundo. Y aquí ocurre el remate del minuto 107 y pega un remate desde las 18, una media volea que termina en las manos de Lloris. Y gol, señores, señoras, señoros, gol. Gol, gol, gol. Messi. Messi. Messi. Hiciste este milagro. El enano, el hombre perro, el hombre imposible. Leo. Leo. Leo. Lio.

Pero esto es solo sufrir para los argentinos y ahora hay un penalti. Di Maria llora como si fuera un huérfano. Mbappé cobra, Mbappé no falla, ¿no dije ya que era como Cristiano Ronaldo pero mejor, una versión 5.0, un robot superior?

Recuerdo las finales desde USA 1994, no hubo nunca uno así. Messi, por Dios, hacé un milagro que no habíamos visto una Argentina así desde la época de Diego. Pero no, y vamos a penaltis. No hay guerra sin sangre.

Penales: Mbappé un criminal, el Dibu tocó la pelota apenas. Messi con la tranquilidad de quien no tiene nada que perder, de quien ya sorbió la copa de gloria. Escribo, termino una frase y el Dibu tapó un penalti. Dybala cobra feo, como un rengo, pero anota. Pero en Francia cobran peor, como si Napoleón no hubiera sido un conquistador sino un jugador de tejo. Y Paredes con tanta fuerza… Y Montiel… qué les digo, estoy temblando por un hombre y se llama Leonel Messi.

El técnico Scaloni está sentado, llora apenas, unas lagrimitas que se le derraman. Messi saluda a la tribuna, Messi que tiene la gracia del elegido, la gracia de un suricato que venció de carrera a los leones — Mbappé era el león negro de la sabana— apenas arruga las cejas, llora como sin dientes, llora porque tiene lo que le faltaba. ¿Qué piensa el hombre más grande del futbol del mundo? Detrás del huracán, en su cabeza, debe haber un silbido de paz.

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Con 22 jugadores aún presentes en Qatar y bajo contrato con ocho de sus clubes, la Liga española duplica a la Liga Premier, que se situó como primera en la ronda anterior, y se impone como el campeonato nacional más representado entre las cuatro semifinalistas del Mundial.

Tras la eliminación de Inglaterra, Brasil y Portugal en particular, el contingente de Inglaterra que contaba con 62 jugadores en cuartos, se esfumó y, con 15 representantes, tiene los mismos que la Serie A italiana, pese a la ausencia de la Squadra Azzurra.

La Liga española, cuya selección nacional fue eliminada en los octavos de final, redujo el número en los cuartos. Solo ha perdido a ocho jugadores y, con 22 representantes, se encuentra en cabeza de la clasificación a dos partidos de la final de la Copa del Mundo.

Gracias a las selecciones de Francia y Marruecos, semifinalistas, la Liga gala (14 jugadores frente a 18 en cuartos) conserva el cuarto lugar, por delante de la Bundesliga alemana (13 jugadores frente a 17).

Justo detrás, la Prva HNL croata (6 jugadores) y la Botola Pro1 marroquí (3 jugadores) aprovechando las actuaciones de los “Vatreni” (”los ardientes”) y de los “Leones del Atlas”. El Dinamo Zagreb (4º club con 4 jugadores) y el Wydad Casablanca (5º club con 3 jugadores) rivalizan con los equipos más grandes de Europa.

Entre los clubes, el Manchester City y United caen, lo que beneficia al Bayern Múnich (6 jugadores), seguido de cerca por el Atlético Madrid y el Sevilla FC (5 jugadores cada uno).

1. Liga (ESP): 22 jugadores (8 clubes)

2. Serie A (ITA): 15 jugadores (10 clubes)

3 . Premier League (ENG): 15 jugadores (10 clubes)

4. Ligue 1 (FRA): 14 jugadores (8 clubes)

5. Bundesliga (GER): 13 jugadores (7 clubes)

6. Prva HNL (CRO): 6 jugadores (3 clubes)

7. Botola Pro1 (MAR): 3 jugadores (1 club)

8. Liga Portugal (POR): 2 jugadores (1 club)

9 . Scottish Premiership (SCO): 2 jugadores (2 clubes)

10. Jupiler Pro League (BEL): 2 jugadores (2 clubes)

11. D1 RSL (KSA): 2 jugadores (2 clubes)

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Desde Argentina, el club Atlético Tucumán publicaba que el mediocampista fue declarado muerto por un paro cardíaco durante un entrenamiento, aunque fue transportado a un centro médico no sobrevivió. Así mismo, vía Twitter, por medio de un comunicado avisaban que los restos del jugador ya se encontraban camino a la ciudad de Cali. Ciudad de donde es la familia del jugador.

Por redes sociales comenzaron a compartirse videos de caravanas acompañados de la policía, jugadores e hinchas hasta la sede del Cali. Donde entre varios jugadores cargaron el ataúd como Teo Gutierrez. En medio de aplausos, llantos y bocinas de las motos, los jugadores del Deportivo Cali cargaban a su amigo.

En honor a su memoria, cada futbolista tenía puesta la camiseta con su número el 5. “Gracias Balantica” eran las palabras que se escuchaban en el velorio conmemorativo que decían sus amigos, familiares y compañeros del fútbol.

La despedida se realizó en la sede administrativa del Deportivo Cali, donde también pudieron ingresar algunos hinchas. A dar el último adiós a uno de los jugadores que hizo parte de la décima en el segundo semestre de 2021. A despedir a una de esas personas que alegran a miles de hinchas caleños cada domingo.

A fuera de la sede del Cali, hinchas verdiblancos arengaban “Balanta no se ha ido”, un ejercicio de memoria, de hacer honor a su nombre y uno de sus héroes que estuvo en su título más reciente.

Luego de verlo por última vez, hoy domingo se realizó el sepelio en el Cementerio Metropolitano Sur. Sus restos los llevaron sus compañeros, amigos y familia, mientras era sepultado en medio de aplausos, un hincha colocó una bandera del Deportivo Cali, encima del ataúd, sinónimo de que siempre estará con ellos.

Andrés Balanta era uno de esos jóvenes jugadores que tenía una gran proyección como futbolista. Iba bien en su proceso profesional, ya venía de estar consolidado en un equipo de primera en su país, salió campeón y decidió irse a Argentina, a aprender y jugar en un nivel más alto.