Desde todos los rincones del mundo, han llegado hace mucho tiempo a Colombia, toda clase de admiradores de las obras de García Márquez, para tratar de conocer, revivir, y ver los sitios donde él, se imaginó sus obras y les puso nombre.

Ahora, algo parecido está ocurriendo, aún cuando los visitantes no sean de lugares tan lejanos, Y que han venido a las rutas de la música vallenata, para conocer de cerca personajes que han tenido que ver en algún momento con la vida de Diomedes Díaz, o de su hijo Martín.

Son romerías de turistas musicales, que son llevados por familiares de los ídolos fallecidos, a conocer primero, a la Mamá de Diomedes, a comprar prendas u objetos que ellos utilizaron, y a la vez, escuchar cantar a los hijos de Diomedes que sobreviven. O sea, han comercializado con mucho éxito las vidas de estos dos ídolos.

Algo parecido viví en Cuba, cuando en la casa donde vivió Polo Montañéz, un hermano suyo, casi idéntico físicamente, recibe a los turistas admiradores del fallecido cantante, y hace un tour parecido al de García Márquez, y los Díaz de Valledupar. Es decir, comercializan muy bien al muerto.

Se comprueba que los muertos a descansar, y en vida quedan familiares disfrutando de lo que cosecharon los ídolos que partieron.

El muerto al hoyo, y el vivo al bollo…

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