Gustavo Alvares GardeazabalEl hecho de que la campaña de Santos  declaró que no recibió ninguna donación  y  dijo que todo lo solventó con un préstamo bancario  y con la retribución de los votos, se puede volver un bumerang. La razón es muy sencilla, los colombianos, hasta los de mala memoria, saben que   la segunda vuelta presidencial fue muy costosa para los santistas porque la primera la había ganado Oscar Iván. Y así como hay ricos,(quienes ayudaron entusiasmados para atajar a Uribe ),y que hoy se están preguntando en silencio por dónde metieron la plata que dizque donaron, crece el rumor que existen también líderes políticos provincianos, resentidos por el mal trato de los gobernantes, que podrían contar que la campaña les pagó en efectivo sus servicios electorales.

Pues bien ,como más temprano que tarde se revienta el ánfora y alguien podría contar de esas probables donaciones en rama no declaradas , el Consejo Nacional Electoral no podría negarse a tales evidencias . Y como ese mismo organismo ya detectó el impulso que desde el Brasil le dieron a la campaña de Zuluaga y no fue declarado, no es difícil  que se considere la posibilidad de decretar la nulidad de la segunda vuelta presidencial.

En tal  caso, anulada la elección de Santos y Vargas Lleras pueden, o dejar que el hecho se consume, o adelantarse con un truco ofensivo y si el vicepresidente renuncia, reemplazarlo antes del fallo por Naranjo alegando que la nulidad no lo cubriría.

Pero si la nulidad se decreta y con sensatez no eligen a Naranjo, el  día de la nulidad habría vacante presidencial y le tocaría asumir la presidencia de la nación a   Lizcano, el presidente del Congreso. Tendríamos al primer presidente de Caldas y tal vez al más joven en la historia del país.

@eljodario

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