A este país le gustan las películas repetidas. Así como el expresidente Samper volvió eterna la frase de que “todo fue a mis espaldas”, el presidente Santos acaba de hacerlo cuando con rostro pálido y por redes sociales dijo: “ me acabo de enterar”, lo que puede ser muy posible porque así es como él nos ha gobernado estos 7 años. Pero lo más grave es que no quieran aceptar una verdad de puño que ha repetido y explicado el rector de Eafit, el exministro Juan Luis Mejía : “ en Colombia todo mundo quiere ser avispado”.
Lo que se está destapando es un delito electoral en una y otra campaña. Se les olvidó declarar toda la plata que recibieron. Pero eso, lo sabemos, no es nuevo. Como no es nuevo que el presidente y su ministro de Hacienda incluyan en el presupuesto los llamados “ cupos indicativos” para poder repartir legalmente la mermelada.
Es la fiel radiografía de la cadena de corrupción en Colombia porque eso mismo hacen los gobernadores con los diputados y los alcaldes con los concejales. Y lo que hicieron Santos y Zuluaga fue idéntico. Dado que las campañas cuestan tanto, y los límites de gasto son tan irreales, todas reciben plata por debajo de la mesa y no lo declaran ante el Consejo Nacional Electoral y mucho más si los aportes provienen de contratistas que trabajan para el estado o pretenden hacerlo en los siguientes años a su aporte.
El problema hoy en dia es que esas revelaciones han puesto a tambalear la legitimidad del mandato presidencial de Santos, y como el 1 de abril los uribistas saldrán a la calle a marchar contra él y el Congreso insiste en elegir a Naranjo como vicepresidente ,nada de raro tendría que el 2 de abril tenga que asumir Naranjo la presidencia. ¿Ven para dónde vamos?
@eljodario