La vacuna contra el Covid-19 desarrollada por Rusia fue bautizada Sputnik V (V de vacuna) en homenaje al satélite soviético aunque su nombre técnico es Gam-Covid-Vak.

 

Fue creada de forma artificial, sin ningún elemento del coronavirus en su composición. La vacuna se presenta en forma liofilizada, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrar vía intravenosa. Se basa en el adenovirus humano.

En los ensayos clínicos para evaluar su seguridad y efectos en el organismo, participaron un total de 76 voluntarios. Los médicos dieron la investigación por exitosa y concluyeron que es segura: al final del proceso «todos los voluntarios tenían inmunidad».

Yelena Smoliarchuk, directora del Centro de Investigación Clínica sobre medicamentos de la Universidad Séchenov, afirmó que la protección máx. se alcanza 3 semanas después de la inyección, responde el sistema inmunológico.

El Centro Nac. de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya había logrado crear una vacuna contra el virus del Ébola y también está trabajando en una contra el coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV). A principios de agosto, su director, Alexánder Guíntsburg, señaló que planean concluir pruebas para finales de año.

Al respecto, el min. de Salud ruso, Mijaíl Murashko declaró que «los desarrolladores de la vacuna prepararon los documentos para la realización de las futuras investigaciones clínicas con la participación de varios miles de personas. Para la vigilancia rápida del estado de salud de los vacunados y el control de eficacia y seguridad, el ministerio de Salud de Rusia crea un contorno digital único que permite vigilar la seguridad y calidad del fármaco en todas las etapas del ciclo vital».

El titular de salud hizo hincapié en que Rusia «básicamente» es el primer país del mundo en registrar su propia vacuna contra el virus. «Hay unos desarrollos de colegas chinos, que están en etapa de registro […], hay también una serie en otros países, pero allí todavía continúan las investigaciones clínicas», dijo, añadiendo que Rusia es el primero en recibir «un certificado de registro en su pleno formato».

UN DATO

“Más de 1.000 millones de dosis” fueron encargadas por 20 países extranjeros, afirmó Kirill Dmitriev, presidente del fondo soberano implicado en su creación.

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