Al alcalde de Cali ,los problemas de la ciudad parecen apabullarlo, prisionero de los apetitos burocráticos de los concejales, que se le remachan a todo si no hay «mermelada» y de la presión de las élites empresariales a quien Guerrero representa los líos del municipio se agrandan ante la demostrada incapacidad del anciano mandatario.
El caos del transporte le amarga los días a miles de caleños y él ni obliga a los operadores del MIO a sacar toda la flota, ni autoriza que vuelvan los antiguos vehículos para que la gente se movilice, los delincuentes se han apoderado de la ciudad, mientras el con tono estúpido repite «que este año hubo menos muertes violentas que el anterior», gasta millones en cuñas de radio y televisión para presentar como su gran obra de gobierno la iluminación de los parques.
Por Emcali luego de tanta lucha para que el gobierno central la entregara de nuevo al municipio los rumores de corrupción afloran por todos los pasillos y eso que el gerente Pardo fue escogido por una firma caza talentos y se firmaron pactos de transparencia.
Pese a lo negativo de su imagen, sin ningún rubor públicamente ha expresado su interés de hacerse elegir para un tercer periodo como alcalde, si el congreso aprueba prolongar los periodos de los actuales mandatarios