En un auténtico fenómeno popular se está convirtiendo la candidatura de ROBERTO ORTIZ a la alcaldía de Cali, la gente acude con devoción a sus reuniones pues saben que no es un promesero, sino un hombre de una probada sensibilidad con el dolor ajeno.
ORTIZ tiene preocupados a los políticos tradicionales pues aparece de primero en todas las encuestas. Su discurso es sencillo, escuchándolo uno queda convencido que para administrar una ciudad no se necesitan títulos rimbombantes de universidades extranjeras, sino mucho sentido común, ganas de hacer las cosas bien y voluntad para ayudar a los más necesitados, que es hacia donde deben volcarse los esfuerzos de los gobernantes.
Sería una torpeza del partido liberal si por intereses politiqueros se le atraviesan a esta candidatura que brota como un sentimiento espontaneo de las bases de los sectores populares, es la oportunidad única e irrepetible que tienen los liberales de volver a tener la alcaldía.
Sin un discurso tan avasallante como el de GAITAN «el chontico» encarna lo mismo, un hombre de origen humilde que quiere llegar al poder para trabajar por los parias y excluidos. ROBERTO ORTIZ está logrando algo que parecía imposible, que la gente vuelva a creer en un líder, que lo vean como su esperanza de cambio y de redención.