Desde que los ciudadanos acudimos a las urnas para elegir alcalde ninguna administración había tenido un cierre tan escandaloso como el de Jorge Iván Ospina. También es cierto que su gobierno pasa a la historia como el más inepto y el más corrupto. Que no haya un castigo por parte de los organismos de control no significa que sea inocente de las múltiples acusaciones que hay en su contra sino que es producto de la laxitud de sus investigadores.
Para el final de su mandato Ospina puso en marcha una pueril estrategia para descrestar calentanos. Se dedicó a tomarse los sitios donde hay obras en ejecución para hacer una preinauguración. Seguramente lo que ha comenzado en los últimos cuatro años correrá la misma suerte de las megaobras de su primer mandato.
Con una administración quebrada -según denunció Alejandro Eder- dilapidó más de veinte mil millones de pesos en un nuevo alumbrado navideño que seguramente en enero será objeto de análisis riguroso por parte de la nueva administración. La feria de Cali, que se ha convirtió en la caja chica de Ospina y sus amigos será utilizada para el lavado de imagen del ciudadano que nos gobernó en el último cuatrienio. Pan y circo se le denomina a su estrategia.
La semana pasada se confirmó que el inefable gobernante deberá comparecer el 24 de enero a una audiencia de formulación de cargos en la fiscalía general de la nación por presuntas irregularidades en la contratación del alumbrado navideño del 2020. Y en las últimas horas se conocieron noticias muy escandalosas que afectan a dos de sus funcionarios más mimados de todo el gobierno.
El viernes la personería en fallo de primera instancia sancionó con destitución e inhabilidad de diez años a su exjefe de comunicaciones Luz Marina Cuellar. Supuestos ilícitos en procesos contractuales precipitaron esa sanción. Y el domingo pasado y cuando los caleños ya están enrumbados por la celebración decembrina el periodista Camilo Chará reventó una bomba sobre la violación sexual a una contratista y que tiene como victimario al secretario de cultura Bryan Hurtado, mompa de Jorge Iván Ospina.
Desde septiembre el alcalde conocía la repudiable conducta de su subalterno y guardó silencio cómplice con semejante abominable comportamiento. En medio de este escándalo que causa enojo y repudio de los caleños el ex personero Andrés Santamaria, denunció que Ospina aprovechó amistades en la personería para que ese crimen sea tratado como un hecho disciplinario.
Las denuncias de los medios de comunicación y los reclamos de enfurecidos caleños obligaron al alcalde a declarar insubsistente a su secretario de cultura. La nueva conducta punible de Ospina al callar se llama omisión de denuncia y es castigada por nuestra legislación penal.
Terrible remate para el gobernante causante de este estropicio de su administración y que contrasta con la genial despedida de la gobernadora del Valle del Cauca Luz Roldán, que acaba de ser reconocida por Colombia Líder como una de los tres mejores gobernantes de todo el país. También dirigentes gremiales y líderes sociales y de acción comunal en los municipios no cesan en sus elogios a la Roldán.

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La gobernadora electa del Valle del Cauca, Dilián Francisca Toro, anunció en las últimas horas nombres de personas que la acompañarán en su equipo administrativo.
La administradora de empresas Liza Rodríguez, con excelente hoja de vida será la nueva secretaria de la gobernación. La comunicadora social Luz Adriana Latorre, será la gerente de Telepacífico.
Esta semana se conocerían identidades de más colaboradores de la mandataria. De los anuncios que ha hecho hasta la fecha tres son mujeres y solo un hombre.

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