El pasado martes la contraloría general de la republica confirmó la apertura de seis procesos fiscales contra el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, en los cuales hay involucrados cincuenta y dos mil millones de pesos. Treinta y cuatro mil millones de pesos se los gastaron en un plan de bacheo y descubrieron abusos de sobrecostos para que la tajada sea más rentable.

Se trata del mismo cleptocrata que ha gobernado la ciudad en los últimos cuatros años. Si, el mismo que hizo feria virtual y alumbrado navideño en plena pandemia y que no escuchó el clamor ciudadano que le exigía detenerse. Hizo caso omiso porque lo suyo ha sido desconocer y patear la ley.

La trasgresión a la norma la lleva en sus genes el mismo que no se puso colorado cuando nombro en su gabinete a su exesposa y a las exesposas de sus dos hermanos. El no  tiene vergüenza. Es sordo y ciego. Lo único que sabe es contar, sumar y multiplicar.

Impunidad total. Las altas comisiones y la contratación espuria sirve para contener los organismos fiscalizadores por el momento; y seguro le quedan para protegerse en el futuro.
La contraloría de Colombia vuelve a brillar por el nuevo escándalo pero lo más seguro es que no pasemos de los titulares de prensa. Tiene contralor municipal de bolsillo y personero en las mismas condiciones.

Le dio contratos a su primo por cerca de medio billón de pesos y seguro que en la agonía de su mandato seguirá enriqueciendo a su pariente. Para él la impunidad es total. Tendrá fiscal general de la nación amigo porque ya la izquierda tiene asegurado el cargo para los próximos cuatro años.

Con insidia ha gobernado a Cali. O pretendido gobernar. Al alcalde que sabe un poco de todo y mucho de nada en las ultimas semanas le ha dado por decir en redes sociales que la historia lo catapultara. En efecto, esta pasando a la historia como el peor alcalde que ha tenido la ciudad y ya es dueño del peor castigo para un funcionario corrupto como lo es el escarnio publico.

su gobierno humoso terminara el 31 de diciembre. Ojala que quien lo suceda a partir del próximo 1 de enero este libre de compromisos y en consecuencia en capacidad de informarle a la ciudad la podredumbre que encontró al levantar las alfombras del tercer piso del edificio municipal.

Pero seguro que el avieso alcalde poco le importara lo que destape su sucesor. Para el la vergüenza no existe.

La ciudad queda triste al borde del caos. Es como si todo los días fueran lunes. Días largos y tediosos con los suegros de visita y empleada de servicio con gripa. la reconstruccion no será fácil.

EL CONCEJO
Parece increíble que después de la hecatombe, concejales caleños sigan defendiendo al alcalde y atribuyéndole a la pandemia y al paro terrorista el fracaso de este gobierno.
Y lo más insólito es que quienes hicieron parte de la coalición de gobierno repetirán período. A las nueve de la mañana estarán elegidos.
Esto solo pasa en Cali.
La alianza verde, el partido que avaló la inscripción del alcalde es uno de los pocos en capacidad de crecer en curules. Tal parece que hoy a los electores esto no les interesa nada. Ojalá les importe en el día electoral.
Los concejales amigos del alcalde andan relajados. En lujosas camionetas se desplazan por la periferia y entregan televisores y computadores y hacen bingos y lo más insólito es que la gente les sale. Y los abrazan y felicitan. Es el fin del mundo.
Lo que ha pasado en Cali es alucinante. Nuestra ciudad a merced de jib-ros y atracadores moto-rizados. Escenas de bandidos hurtando carros en los garajes de las víctimas son de común ocurrencia. Pero los «damos» que hacen el control político dicen que todo está bien.
Que la construcción de cinco parques que nadie pidió va por buen camino y que el problema de más de mil homicidios al concluir el año es un problema de percepción.
Pero lo más extravagante es que en medio de esta crisis política no haya salido un candidato al concejo con ganas de condenar lo acaecido y en capacidad de generar nuevos espacios en el concejo. De pronto ese papel lo pudo asumir Diana Rojas, pero su jefe político le ordenó que se fuera a trabajar con otro candidato a la alcaldía. Y el acendrado concejal opositor ya no regresa porque lo más seguro es que se instale en la torre del Cam.
Pero tampoco tenemos líderes cívicos. Los que pudieron ungir como tal hacen parte de esa ciudad arredrada y resignada al saqueo de unos pocos.

LOS CULPABLES
Esta semana el alcalde en el chat de su gabinete les dijo a sus funcionarios que ellos son los únicos responsables del fracaso de esta administración porque no fueron líderes ni diligentes para atender las instrucciones.
Hasta el mejor de los alcaldes fracasa con un gabinete de tan bajo perfil como el que acompaña al señor Ospina. Esos subalternos no emocionaron para gestionar con celeridad porque detrás de ellos estaban los tinieblos para dirigir la contratación.

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