No sorprende la actitud mezquina del periódico EL PAIS tratando de desdibujar desde sus páginas la responsable labor de UBEIMAR DELGADO al frente de la gobernación del Valle.
Ciertamente este medio es el más leído y más influyente de la región, lo que no significa que sea el más imparcial y objetivo en la información.
Su credibilidad se fue al piso desde cuando asumieron la defensa de candidaturas a la alcaldía de uno de sus dueños, por demás derrotado tres veces por candidatos de origen popular que no gozaban de la simpatía de este elitista medio marcado al servicio de la casta dominante de Cali.
Decir que la imagen de UBEIMAR DELGADO se afectó por la baja venta de aguardiente es una estupidez; o por las protestas de los estudiantes de Bellas artes tampoco tiene sentido. Ninguno de los dos problemas los creó Delgado, por el contrario está tratando de resolver entuertos de gobiernos anteriores.
La licorera fue un ejemplo del derroche y manejo irresponsable en manos del PIN y en bellas artes el gobernador ha hecho de «tripas corazón» para sacar recursos de donde no hay para cumplirle a la cultura, empeño en el que lo han dejado solo; ni la ministra de cultura ni el alcalde han mostrado interés en ayudar a pesar de contar con recursos para ello.
Aplaudo la valiente y solitaria voz de AURA LUCIA MERA que sí reconoce la difícil tarea que le tocó a UBEIMAR de gobernar un departamento saqueado.
