En un giro sobre la polémica forma en la que venía hablando el presidente Gustavo Petro sobre el conflicto entre Israel y Palestina, ayer decidió apostarle a la diplomacia de la paz y citó, por separado, a los embajadores Gali Dagan y Raouf Almalki a la Casa de Nariño. Su objetivo, según dijo, es el de convocar una conferencia internacional de paz, “que abra el camino para dos estados independientes y libres”. Entonces anunció ayuda humanitaria para Gaza y la apertura de una embajada de Colombia en Ramallah, Palestina.

La estrategia podría ser también una forma de bajarle a las críticas que ha recibido desde muchos sectores por el uso de un lenguaje que podría, incluso, afectar las relaciones con Estados Unidos, desde donde ya hay unas voces que sugieren ponerle lupa a la ayuda que ese país le brinda a Colombia.

En varios de los mensajes que el presidente Gustavo Petro compartió en su cuenta X ha responsabilizado a Estados Unidos sobre la crisis en Israel y ha cuestionado su posición en la ONU: “muy lamentable que en el Consejo de Seguridad de la ONU sea EE.UU el único país en esa instancia que se opone a una salida humanitaria para Gaza”.

Antes, cuando estalló la crisis en el Medio Oriente, Petro había asegurado que “el gobierno de los EE. UU. tiene hoy una gran responsabilidad política con la humanidad. No se debe dejar llevar por la carga de la historia y debe llevar la situación del Medio Oriente hacia un tratado de paz basado en la idea de dos estados libres: Israel y Palestina”.

Andanada de críticas
Fueron las comparaciones entre el pueblo judío y los nazis y su negativa a condenar el ataque de Hamás lo que desató una serie de críticas de congresistas norteamericanos, algunas de ellas subidas de tono.

El primer reclamo llegó de la enviada especial para vigilar y combatir el antisemitismo, la embajadora Deborah Lipstadt, quien se mostró extrañada por el mensaje del presidente Petro. “Nos sorprendió ver al presidente colombiano @petrogustavo comparar al gobierno israelí con el régimen genocida de Hitler. Condenamos enérgicamente las declaraciones del Presidente Petro y le pedimos que condene a Hamás, una organización designada como terrorista, por su bárbaro asesinato de hombres, mujeres y niños israelíes”.

Luego vinieron las declaraciones de senadores republicanos como María Elvira Salazar y Carlos Gimenez. “He estado advirtiendo desde el principio sobre el peligro de una presidencia de Gustavo Petro en Colombia. Sus comentarios incendiarios sobre Israel representan un peligro inmediato para los más de 20 mil judíos en el país. ¡Deleznable!”, dijo Salazar. En la misma línea Gimenez agregó: “Además de ser socialista, narcoterrorista, incompetente y corrupto, el presidente Petro se ha declarado abiertamente antisemita. Este tipejo es una vergüenza para toda Colombia y para todo los colombianos decentes”.

Ante las declaraciones de ambos congresistas, el embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo, envió una comunicación a ambos senadores en las que les pide respeto en honor al cargo que ostenta el presidente Petro.

“La cercanía y alcance de nuestra relación debería ser suficiente para no trascender a un lenguaje insultante y emocionalmente cargado que compromete la dignidad del cargo del presidente de Colombia y del propio presidente Gustavo Petro”. Y se ofreció como mediador para atender cualquier inquietud relacionada con el tema, teniendo en cuenta “que el discurso público sobre estos temas debe llevarse a cabo con la debida deferencia y atención que se otorga a un socio bilateral importante”.

Precisamente dada la importancia que tiene para Colombia las relaciones con Estados Unidos, es que otro senador republicano, Rick Scott, de la Florida, aseguró en La FM que con estas posturas “Petro está dañando las relaciones con Estados Unidos, está dañando la estabilidad en Colombia y en la región, siento tristeza por las consecuencias que tendría para Colombia”.

El senador argumentó que “si alguien no cree en alguien, no hace negocios con ese alguien”, pero además, pone la lupa sobre las ayudas que entrega ese gobierno a Colombia. “¿Por qué debería haber apoyo en el Congreso si ataca a nuestros aliados como Israel y apoya a Hamás? Eso va a llevar a que el Congreso se pregunte por qué debemos apoyar a Colombia. Sus declaraciones están alejando a EE.UU de Colombia y eso tiene consecuencias”.

Busca otros aliados
Aquí en Colombia también hay preocupación por este giro de las relaciones diplomáticas que, en criterio de la senadora del Centro Democrático Paola Holguín, obedecen a una estrategia del gobierno Petro de alinear el país en otra dirección a la que ha tenido de forma tradicional. “Tenemos una enorme preocupación, sentimos que las relaciones internacionales en Colombia se están manejando con criterio de afinidad ideológica que en ocasiones raya en complicidad criminal y no pensando en los intereses superiores de la Patria, la institucionalidad y la tradición diplomática”.

A juicio de la senadora, “las desafortunadas declaraciones del presidente Petro y el Canciller están debilitando la relación con nuestro aliado principal en el continente”. Y añade que ese manejo, que se ve como equivocado, es en realidad una estrategia política para acercarse a otros aliados, como China e Irán. “La pregunta es si esto es un error o Colombia se empieza a alinear con otros países, dando un giro de 180 grados en materia internacional”, plantea Holguín.

En todo caso, la mirada de EE.UU está puesta en Colombia. Juan González, director para el Hemisferio Occidental de la Casa Blanca, afirmó en Blu Radio que “es natural que haya diferencias entre los gobiernos en el contexto de relaciones bilaterales, pero en el caso de Colombia, la estabilidad del país es un asunto de interés nacional para los Estados Unidos”.

 

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