TRIBUNA DE OPINION
ANTONIO CLAROS
Ni en las fabulas macondianas de “Gabo” se encuentran reacciones tan inverosímiles como las de un grueso numero de colombianos indignados por que un presidente de la república haga un auto debate público a su obra de gobierno. Toda la tempestad y la lluvia de críticas la origino una pregunta a sus ministros del porqué del incumplimiento con una serie de compromisos adquiridos con el pueblo en desarrollo de sus recorridos por todo el País. Nunca antes un mandatario había desnudado en publico sus preocupaciones y angustias por el ritmo lento del cumplimiento en los compromisos acordados con la comunidad, ninguno de los ministros respondió la pregunta de manera satisfactoria, solo evasivas y desviar la rendición de cuentas a la permanencia de Sarabia y Benedetti en el gabinete. Alexander López, la vicepresidenta Márquez, Bolívar y la ministra Susana Mohamed recorrieron el país al lado del que hoy desprecian, en campaña no les “olía feo”; las andanzas de Benedetti son de vieja data, traía la fragancia putrefacta del uribismo y así lo recibieron los que ahora falsamente posan de indignados por su permanencia en el gobierno, no solo son hipócritas y fariseos sino desleales y traidores con el que los nombró, ellos mejor que nadie conocen la razón de la permanencia de Benedetti en el gobierno, consiguió mucha plata y votos, su apoyo fue definitivo para el triunfo del que hoy disfrutan los fariseos indignados. Patética la vicepresidenta, acusa a Petro “de opacarla y marginarla”, a ningún vicepresidente le habían creado su propio ministerio con abultado presupuesto, despacho del que no tiene nada que mostrar, solo burocracia
inútil, en su mayoría cuotas de Alexander López uno de “los indignados”. Su gestión es tan gris como el color de su piel, solo comparable con la de Angelino garzón, tipo elemental y sin mayor formación, pero con gran habilidad para acomodarse con el ganador. Jamás votaría por la señora Márquez para ningún cargo, no solo es torpe y sin talento, sino desleal y traicionera, un burdo títere de Alexander López, me recuerda al muñeco de Carlos donoso.