Al igual que su mentor, el presidente Duque asume funciones del poder judicial para endilgar delitos y condenar, sin previo juicio, él puede querer ver a Santrichs tras las rejas en una cárcel de los Estados Unidos, pero como presidente debe respetar las otras ramas del poder y esa es una decisión que quedó en manos de la corte suprema de justicia, Duque no es quien debe calificar si el exguerrillero es un mafioso.

El presidente Uribe dictaba órdenes de captura en los concejos comunitarios, en Buenaventura le pidió al comandante de la policía capturar al congresista Alexander López, desconociendo el fuero y sin importarle que tal decisión solo podía tomarla la corte suprema; en Yumbo Uribe “dicto orden de captura” contra el actual alcalde Carlos Bejarano acusándolo de tener vínculos con la mafia, hecho que ninguna autoridad judicial ha comprobado, el sistemático irrespeto a la justicia parte desde el alto gobierno, a Santrichs no se le ha perdonado nada, por su fuero de congresista le corresponde investigarlo a la corte suprema, máximo tribunal de justicia del País, el asunto es sencillo, si su defensa demuestra que se trató de un montaje de la DEA y la fiscalía, o que esa reunión fue anterior a la firma de los acuerdos de paz su caso queda en manos de la JEP si por el contrario se prueba que fue posterior y estaban negociando droga lo asume la corte suprema y podría extraditarlo.

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